Con tareas simples como encontrar figuras y ordenar siluetas, el videojuego mejora la concentración en los niños. En la actualidad es probado con éxito en menores con Síndrome de Down.
Uno de cada mil niños nace con Síndrome de Down, y aunque no existe ningún tratamiento farmacológico que mejore sus capacidades intelectuales, estudiantes de la Universidad Manuela Beltrán se valieron de los videojuegos para estimular el aprendizaje de estos niños.

El videojuego tiene como propósito ayudar a los niños en las habilidades cognitivas y comunicativas. Apunta a la inclusión social. Más allá de un proyecto universitario, se espera que sea una herramienta para que todos los niños con este Síndrome, tengan una oportunidad de aprender jugando.

Otros proyectos